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crema para acné
La crema específica para pieles acneicas es un producto que ayuda a eliminar esta infección en la piel.
Crema para acné: soluciones eficaces para una piel clara y equilibrada
Las cremas para acné son tratamientos especializados que actúan sobre los múltiples factores que causan esta condición cutánea, controlando exceso de sebo, reduciendo inflamación, combatiendo bacterias y normalizando la renovación celular.
En Anadeana seleccionamos formulaciones modernas que combinan potentes activos dermatológicos con ingredientes calmantes y reparadores, para tratar eficazmente el acné sin comprometer la salud de la barrera cutánea.
¿Sabías que…?
El acné afecta aproximadamente al 80% de las personas entre 11 y 30 años, pero contrariamente a la creencia popular, casi el 40% de los adultos mayores de 25 años continúan experimentando brotes regulares. Los estudios científicos recientes han revolucionado nuestra comprensión del acné: no es simplemente una condición de “piel grasa” sino un trastorno inflamatorio complejo influenciado por factores genéticos, hormonales, ambientales y del microbioma cutáneo. Sorprendentemente, la investigación demuestra que en muchos casos la inflamación precede a la formación del comedón (espinilla), no al revés como se pensaba tradicionalmente. Esta nueva perspectiva explica por qué los tratamientos modernos se centran en equilibrar el microbioma y controlar la inflamación desde el principio, en lugar de simplemente “secar” la piel.
¿Qué es una crema para acné y por qué es esencial?
Una crema para acné es un tratamiento dermatológico especializado formulado para abordar simultáneamente los múltiples factores que causan y exacerban el acné: producción excesiva de sebo, colonización bacteriana, hiperqueratinización (obstrucción de poros) e inflamación.
Estos tratamientos van más allá de los limpiadores o tónicos básicos, incorporando activos específicos en concentraciones precisas para intervenir en las diferentes etapas de formación del acné. Su función es no solo tratar las lesiones existentes sino prevenir la formación de nuevas, normalizando los procesos cutáneos alterados mientras protegen la integridad de la barrera cutánea para evitar irritación y sequedad excesiva, problemas comunes con tratamientos anticuados.
Características que distinguen a las cremas para acné avanzadas:
Enfoque multifactorial específico
Combinan activos que abordan simultáneamente todos los factores del acné: reguladores sebáceos que normalizan (no suprimen) la producción de sebo, agentes antibacterianos que respetan el microbioma, exfoliantes que previenen obstrucciones y antiinflamatorios específicos.
Tecnología de liberación controlada
Utilizan sistemas avanzados como microencapsulación o liposomas que permiten liberación gradual de activos potentes, maximizando eficacia mientras minimizan irritación potencial, especialmente importante para ingredientes como retinoides o BHA.
Complejos calmantes integrados
Incorporan ingredientes reparadores y calmantes como niacinamida, pantenol o centella asiática que contrarrestan la irritación potencial de activos anti-acné, manteniendo la barrera cutánea intacta durante el tratamiento.
Fórmulas no comedogénicas adaptadas
Presentan texturas específicas según tipo de acné y condición cutánea asociada, desde geles ultraligeros para pieles muy grasas hasta emulsiones hidratantes para acné en pieles mixtas o secas, siempre con garantía no comedogénica.
“El mayor avance en el tratamiento del acné moderno es entender que no estamos luchando contra la piel, sino trabajando con ella para restaurar su equilibrio natural. El acné no es simplemente exceso de grasa o suciedad, sino un desequilibrio complejo que requiere un enfoque sofisticado. Los tratamientos efectivos hoy no buscan ‘atacar agresivamente’ el acné, sino normalizar los procesos cutáneos alterados mientras respetan la integridad funcional de la piel. Esta perspectiva produce no solo resultados más duraderos sino también una experiencia menos traumática durante el proceso de tratamiento.” — Especialistas de Anadeana
Beneficios principales de las cremas para acné
Reducción efectiva de lesiones activas y prevención de nuevos brotes
Las cremas para acné modernas contienen combinaciones precisas de activos que intervienen en todas las etapas de formación del acné. Ingredientes como ácido salicílico (BHA) penetran profundamente en los poros, disolviendo el exceso de sebo y células muertas que causan obstrucciones, mientras activos como peróxido de benzoilo, ácido azelaico o derivados de zinc ejercen acción antimicrobiana específica contra P. acnes sin dañar bacterias beneficiosas. Simultáneamente, agentes antiinflamatorios como niacinamida o extractos botánicos reducen el enrojecimiento e inflamación de lesiones existentes. Esta acción combinada no solo trata visiblemente las lesiones actuales sino que normaliza los procesos fundamentales que causan nuevos brotes. Los estudios clínicos con formulaciones avanzadas demuestran reducción de hasta un 60% en lesiones inflamatorias en 4-8 semanas, con disminución significativa en la frecuencia y severidad de nuevos brotes a partir de la segunda semana de uso regular. A diferencia de tratamientos anticuados que ofrecían mejoras temporales seguidas de efecto rebote, las fórmulas modernas crean cambios progresivos y sostenibles en la fisiología cutánea.
Control del exceso de sebo sin deshidratación
Uno de los mayores avances en tratamientos anti-acné modernos es su capacidad para regular la producción sebácea sin comprometer la hidratación esencial de la piel. A diferencia de productos tradicionales que simplemente “secaban” la piel (provocando frecuentemente sobreproducción compensatoria de sebo), las formulaciones actuales incorporan reguladores sebáceos inteligentes como extracto de saw palmetto, derivados de zinc o niacinamida que normalizan la actividad de las glándulas sebáceas sin suprimirla completamente. Estos activos se combinan con humectantes no comedogénicos como ácido hialurónico de bajo peso molecular, glicerina vegetal o beta-glucanos que mantienen niveles óptimos de hidratación mientras controlan el brillo. Las mediciones sebométricas muestran una reducción del exceso de sebo de hasta un 45% sin alterar los lípidos estructurales esenciales para la función barrera. Este equilibrio es fundamental ya que la investigación demuestra que el 60% de pieles con acné están simultáneamente deshidratadas, una condición que exacerba tanto la inflamación como la producción desregulada de sebo. Al mantener este balance, las cremas modernas logran resultados más duraderos y una experiencia menos traumática durante el tratamiento.
Prevención y corrección de marcas post-acné
Un beneficio fundamental de las cremas para acné avanzadas es su capacidad para abordar no solo las lesiones activas sino también prevenir y tratar las secuelas post-inflamatorias que frecuentemente generan más angustia que el acné mismo. Las formulaciones modernas incorporan activos que previenen la hiperpigmentación post-inflamatoria, como arbutina, ácido tranexámico o vitamina C estabilizada, que intervienen en la cascada inflamatoria antes de que desencadene producción excesiva de melanina. Simultáneamente, ingredientes regeneradores como retinoides, péptidos biomiméticos o extractos de centella asiática estimulan la renovación celular y reparación tisular, acelerando la resolución de marcas existentes y previniendo cicatrices permanentes. Los estudios histológicos muestran que la intervención temprana con estos activos reduce en más de un 70% la probabilidad de desarrollar marcas persistentes. Para el tratamiento de cicatrices leves ya establecidas, las fórmulas más avanzadas incorporan complejos remodeladores como madecasoside, péptidos estimuladores de colágeno o ácidos exfoliantes específicos que gradualmente mejoran la textura irregular. Este enfoque integral transforma el tratamiento del acné de un proceso meramente reactivo a una estrategia preventiva completa que protege la calidad cutánea a largo plazo.
Comparativa: Activos anti-acné según tipo de lesiones
Tipo de acné | Características | Activos más efectivos | Tiempo hasta mejora visible | Consideraciones especiales |
---|---|---|---|---|
Acné comedónico (puntos negros y blancos) |
Poros obstruidos, sin inflamación visible, principalmente en zona T | Retinoides, ácido salicílico, AHAs, enzimas exfoliantes | 2-4 semanas | Requiere constancia, posible “purga” inicial, hidratación no comedogénica esencial |
Acné inflamatorio leve-moderado |
Pápulas y pústulas rojizas, inflamación local, sensibilidad | Niacinamida, ácido azelaico, peróxido de benzoilo, zinc PCA | 1-3 semanas | Activos antiinflamatorios clave, evitar irritantes, proteger barrera cutánea |
Acné hormonal | Quistes profundos, principalmente en mentón y línea mandibular, cíclico | Extracto de saw palmetto, té verde, ácido azelaico, derivados de azufre | 4-8 semanas | Requiere tratamiento sistémico complementario, paciencia, enfoque anti-inflamatorio |
Marcas post-acné recientes |
Manchas rojizas o marrones, texturas irregulares leves, cicatrices tempranas | Vitamina C, niacinamida, retinoides, ácido tranexámico, centella asiática | 3-12 semanas | Protección solar obligatoria, intervención temprana mejora pronóstico |
Tipos de cremas para acné según necesidades específicas
Cremas exfoliantes normalizadoras
Ácido salicílico (BHA), AHAs suaves, retinol/retinaldehído, enzimas exfoliantes, reguladores de queratina
Previenen y eliminan obstrucciones, normalizan renovación celular, desobstruyen poros, reducen hiperqueratinización
Acné comedónico (puntos negros/blancos), piel congestionada, poros obstruidos, pieles grasas con renovación irregular
Effaclar Duo+ de La Roche-Posay o Clear Skin de Paula’s Choice
Cremas antimicrobianas y antiinflamatorias
Niacinamida, ácido azelaico, zinc PCA, extracto de regaliz, derivados de azufre, péptidos antimicrobianos
Reducen población bacteriana P. acnes, calman inflamación, disminuyen enrojecimiento, controlan respuesta inmune local
Acné inflamatorio (pápulas, pústulas), pieles sensibilizadas e inflamadas, rojeces persistentes, post-tratamiento
Serozinc de La Roche-Posay o Blemish + Age Defense de SkinCeuticals
Cremas regeneradoras y correctoras de marcas
Vitamina C estabilizada, niacinamida, extracto de centella asiática, bakuchiol, ácido tranexámico
Aceleran regeneración tisular, reducen hiperpigmentación post-inflamatoria, estimulan colágeno, reparan tejido
Cicatrices recientes, manchas post-acné, texturas irregulares, fase post-brote, recuperación cutánea
Cicaplast B5 de La Roche-Posay o Discoloration Defense de SkinCeuticals
Beneficios y consideraciones de las cremas para acné
Ventajas destacadas
✓ Tratamiento localizado y específico
Las cremas permiten aplicación precisa en áreas afectadas o zonas propensas, maximizando eficacia donde se necesita mientras se minimiza exposición innecesaria en piel sana circundante.
✓ Flexibilidad de uso y combinación
Pueden utilizarse como tratamiento puntual, preventivo o mantenimiento, adaptándose a la evolución de la condición. Son fácilmente combinables con otros productos dentro de rutinas completas.
✓ Acción sostenida y continuada
Al permanecer en contacto con la piel durante horas, proporcionan liberación continua de activos, manteniendo acción terapéutica prolongada que maximiza eficacia comparado con productos de enjuague.
✓ Tratamientos actuales menos irritantes
Las formulaciones modernas incorporan tecnologías de liberación controlada y complejos calmantes que permiten concentraciones efectivas de activos con mínima irritación, haciendo el tratamiento más confortable y sostenible.
Consideraciones importantes
! Posible fase de purga inicial
Algunas cremas, especialmente las que contienen retinoides o exfoliantes, pueden causar un empeoramiento temporal (“purga”) durante las primeras 2-4 semanas al acelerar la emergencia de lesiones subclínicas preexistentes.
! Necesidad de protección solar complementaria
Muchos activos anti-acné aumentan la fotosensibilidad cutánea. El uso diario de protector solar no comedogénico es imprescindible para prevenir pigmentación post-inflamatoria y maximizar resultados.
! Resultados que requieren constancia
Los cambios permanentes en la fisiología cutánea requieren aplicación regular y sostenida. La interrupción prematura del tratamiento frecuentemente resulta en recurrencia de síntomas, especialmente en casos de acné hormonal o crónico.
Cómo aplicar correctamente cremas para acné
Preparación cutánea óptima
La eficacia de cualquier tratamiento anti-acné depende significativamente de su correcta aplicación. Comienza con una limpieza adecuada utilizando un limpiador específico para piel propensa al acné, preferiblemente con pH balanceado (5.5-6.0) que elimine exceso de sebo e impurezas sin comprometer la barrera cutánea. La piel debe estar completamente seca antes de aplicar tratamientos con ingredientes como retinoides o ácidos, ya que la humedad puede aumentar la penetración y potencial irritación. Para tratamientos localizados potentes (como peróxido de benzoilo), considera la “técnica de zona tampón”: aplica una fina capa de hidratante ligero en el perímetro de la zona a tratar para prevenir migración del producto a áreas no afectadas. Si tu rutina incluye múltiples activos, sigue el principio de “textura ascendente” – primero serums acuosos, seguidos por geles, lociones y finalmente cremas. Espera al menos 30 segundos entre cada producto para permitir absorción adecuada y prevenir interacciones indeseadas.
Estrategias de aplicación según tipo de producto
Adapta la técnica de aplicación según el tipo específico de producto y objetivo. Para tratamientos preventivos en toda la zona T o áreas propensas, aplica una fina capa uniforme con movimientos suaves ascendentes, evitando fricción excesiva que podría exacerbar inflamación. Para tratamientos localizados en lesiones activas, utiliza la “técnica de punto preciso”: con un hisopo limpio o la punta del dedo meñique (que ejerce menos presión), aplica una cantidad mínima directamente sobre la lesión, creando un pequeño domo que permanecerá concentrado en el área problemática. Para tratamientos con retinoides o exfoliantes, implementa la “introducción gradual”: comienza con aplicaciones alternas (cada 2-3 noches) durante 2 semanas, aumentando gradualmente la frecuencia hasta tolerancia completa. En caso de tratamientos múltiples complementarios, considera la “separación estratégica”: activos potencialmente irritantes como retinoides por la noche, antioxidantes protectores por la mañana, evitando aplicación simultánea de ingredientes que puedan neutralizarse mutuamente (como peróxido de benzoilo y vitamina C). Para áreas extensas, la técnica de “presión controlada” – aplicación con palmas en vez de dedos – asegura distribución uniforme con mínima irritación mecánica.
Mantenimiento de barrera cutánea y optimización de resultados
El éxito a largo plazo en el tratamiento del acné depende fundamentalmente del equilibrio entre eficacia terapéutica y mantenimiento de la integridad cutánea. Después de aplicar tratamientos activos, siempre finaliza con una hidratación adecuada no comedogénica, incluso en pieles grasas. Texturas en gel, emulsiones ligeras o hidratantes oil-free con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o aloe vera proporcionan hidratación sin ocluir poros. Para tratamientos intensivos nocturnos, considera la técnica de “sándwich protector”: capa ligera de hidratante, tratamiento activo, segunda capa de hidratante en áreas sensibles como comisuras nasales o labios. Para optimizar resultados y minimizar irritación, implementa el “principio de rotación”: alterna diferentes activos anti-acné en días consecutivos en lugar de aplicarlos simultáneamente, permitiendo que la piel se recupere entre tratamientos intensivos. Si experimentas sensibilización, utiliza la “técnica de corto contacto” para ingredientes como peróxido de benzoilo o ácidos: aplica el producto por 5-10 minutos inicialmente, aumentando gradualmente el tiempo antes de enjuagar, permitiendo adaptación cutánea mientras reduces irritación potencial. Finalmente, protege siempre la piel tratada con SPF 30+ de amplio espectro, preferiblemente con filtros físicos que tienen menor potencial irritante.
Ingredientes clave en cremas para acné
Activos anti-acné de referencia
Ácido salicílico (BHA)
Exfoliante liposoluble que penetra en poros obstruidos, disolviendo el exceso de sebo y células muertas acumuladas mientras reduce inflamación; ideal para comedones.
Niacinamida (Vitamina B3)
Multifuncional que regula producción sebácea, fortalece barrera cutánea, reduce inflamación y marcas rojizas post-acné; excepcionalmente bien tolerada incluso por pieles sensibles.
Ácido azelaico
Antimicrobiano natural con potente acción antiinflamatoria y despigmentante que normaliza renovación celular; particularmente efectivo para rosácea, acné hormonal y marcas post-inflamatorias.
Retinoides (retinol, adapaleno)
Derivados de vitamina A que normalizan renovación celular, previenen obstrucciones y estimulan colágeno; fundamentales para acné persistente y tratamiento de cicatrices o marcas residuales.
Ingredientes a evitar o limitar
Aceites comedogénicos
Aceites como coco, manteca de cacao, aceite de germen de trigo o aceite mineral pueden obstruir poros y exacerbar congestión, especialmente en pieles ya propensas a comedones.
Alcoholes desecantes
Alcohol etílico o isopropílico en alta concentración puede alterar severamente la barrera cutánea, provocando deshidratación que induce sobreproducción compensatoria de sebo.
Fragancias artificiales potentes
Pueden irritar pieles ya inflamadas por acné y desencadenar sensibilización, complicando el tratamiento y exacerbando rojeces e incomodidad.
Exfoliantes físicos agresivos
Partículas abrasivas como cáscaras molidas o microperlas pueden romper lesiones inflamatorias, dispersando bacterias y aumentando riesgo de cicatrices e hiperpigmentación.
Innovación destacada:
La frontera más avanzada en tratamientos para acné está en la “tecnología del microbioma” que aborda la condición desde una perspectiva totalmente nueva. A diferencia de enfoques tradicionales que buscaban eliminar bacterias indiscriminadamente, estas formulaciones innovadoras contienen prebióticos, probióticos y postbióticos específicamente diseñados para restaurar el equilibrio del ecosistema cutáneo. Los estudios de secuenciación genómica han identificado cepas específicas de C. acnes que son beneficiosas y protectoras, distinguiéndolas de variantes problemáticas. Las nuevas formulaciones utilizan péptidos antimicrobianos selectivos y extractos fermentados que favorecen la proliferación de cepas “buenas” mientras inhiben las patógenas, creando un ambiente hostil para las bacterias problemáticas sin dañar el microbioma beneficioso. Los ensayos clínicos muestran resultados comparables a antibióticos tópicos tradicionales pero sin efectos secundarios como resistencia bacteriana o alteración de la barrera cutánea. Esta aproximación “ecológica” representa un cambio paradigmático del “anti-bacteriano” al “pro-equilibrio”, creando resultados más sostenibles con menor riesgo de recurrencias o efectos rebote.
Preguntas frecuentes sobre cremas para acné
¿Las cremas para acné resecan demasiado la piel?
Esta preocupación surge de experiencias con formulaciones antiguas que efectivamente priorizaban el efecto secante sobre el equilibrio cutáneo. Sin embargo, las cremas modernas para acné han evolucionado significativamente en este aspecto. Las formulaciones actuales se desarrollan con enfoque “biomimético” que busca normalizar funciones cutáneas en lugar de suprimirlas agresivamente. Incorporan tecnologías como microencapsulación que permite liberación gradual de activos, hidratantes no comedogénicos como ácido hialurónico de bajo peso molecular, y emolientes ligeros que mantienen la hidratación sin obstruir poros. Ingredientes como niacinamida, pantenol o ceramidas complementan los activos anti-acné, reforzando la barrera cutánea durante el tratamiento. Para minimizar potencial deshidratación, es esencial seleccionar formulaciones adaptadas al tipo específico de acné y condición cutánea acompañante: texturas en gel ultraligero para pieles muy grasas, emulsiones ligeras para pieles mixtas, y texturas más nutritivas para piel con tendencia seca pero propensa a imperfecciones. La clave está en integrar siempre hidratación apropiada en la rutina, utilizando hidratantes oil-free específicamente formulados para piel propensa al acné, que proporcionan humectación sin contribuir a obstrucciones.
¿Cuánto tiempo tardan en hacer efecto las cremas para acné?
El tiempo hasta resultados visibles varía significativamente según el tipo de acné, severidad, ingredientes activos y consistencia de uso. Para lesiones inflamatorias activas, los tratamientos con ingredientes como peróxido de benzoilo, ácido azelaico o niacinamida pueden mostrar reducción visible de enrojecimiento e inflamación en 2-5 días, con mejora sustancial en 1-2 semanas de uso consistente. Para acné comedónico (puntos negros/blancos), los tratamientos con retinoides o ácido salicílico generalmente requieren 3-4 semanas para resultados apreciables, ya que estos actúan normalizando la renovación celular, un proceso que sigue el ciclo natural epidérmico (aproximadamente 28 días). El acné quístico profundo o hormonal suele responder más lentamente, requiriendo 6-12 semanas de tratamiento constante para mejoras significativas. Es importante entender que algunos tratamientos, especialmente con retinoides, pueden causar “purga” inicial durante las primeras 2-4 semanas al acelerar la emergencia de lesiones subclínicas preexistentes. Los estudios clínicos con tratamientos tópicos avanzados muestran que la mayoría de usuarios experimentan reducción del 40-60% en lesiones inflamatorias alrededor de las 8 semanas, con mejoras progresivas hasta 12-16 semanas cuando el tratamiento alcanza su máxima eficacia. Para marcas post-acné, los tiempos son generalmente más largos, requiriendo 6-12 semanas para hiperpigmentación post-inflamatoria reciente.
¿Se puede usar maquillaje sobre cremas para acné?
Absolutamente, siempre que se sigan algunas consideraciones importantes para maximizar resultados y prevenir exacerbaciones. Primero, es fundamental permitir que la crema para acné sea completamente absorbida antes de aplicar maquillaje, esperando idealmente 10-15 minutos para evitar que los productos se mezclen o neutralicen mutuamente. Esto es particularmente importante con activos como peróxido de benzoilo o retinoides. En cuanto al tipo de maquillaje, elige fórmulas específicamente etiquetadas como “no comedogénicas” o “para piel propensa al acné”, idealmente libres de aceites, siliconas oclusivas y fragancias artificiales. Las texturas ligeras como bases fluidas, bb creams minerales o polvos compactos sin talco suelen ser más compatibles con pieles acneicas que bases cremosas densas. Los maquillajes con ingredientes tratantes como salicílico, niacinamida o zinc pueden incluso complementar el tratamiento subyacente. Para una compatibilidad óptima, considera productos de la misma línea que la crema anti-acné, ya que están formulados para funcionar sinérgicamente. Es crucial remover completamente el maquillaje cada noche con limpiadores suaves pero efectivos, evitando fricciones excesivas. Durante brotes severos o períodos de tratamiento intensivo, reducir temporalmente el uso de maquillaje o limitarlo a productos con propiedades medicinales puede acelerar la recuperación, pero no es necesario eliminarlo por completo si esto impacta negativamente en el bienestar emocional.
Cremas para acné destacadas en Anadeana
Effaclar Duo [+]
La Roche-Posay
Tratamiento corrector anti-imperfecciones con revolucionaria tecnología Procerad™ que aborda simultáneamente lesiones activas y marcas post-acné. Su fórmula optimizada combina ácido salicílico microexfoliante que desobstruye poros con LHA (ácido lipohydroxy) que proporciona exfoliación ultra-precisa sin irritación. El exclusivo complejo Niacinamida + Piroctona Olamina reduce la proliferación bacteriana mientras normaliza la producción sebácea. Enriquecido con Mannose regulador y Zinc PCA sebonormalizante, controla brillo sin resecar. La tecnología Procerad™ previene y reduce marcas rojas e hiperpigmentación post-inflamatoria. Su textura gel-crema no grasa se absorbe instantáneamente, proporcionando acabado mate sin residuo. Estudios clínicos muestran reducción de imperfecciones en un 78% de usuarios tras 4 semanas, con mejora visible de marcas residuales y textura en un 84% de participantes.
Pieles mixtas a grasas, acné leve a moderado, imperfecciones persistentes, marcas post-acné recientes, uso diario prolongado, como base de maquillaje, pieles sensibilizadas por tratamientos agresivos previos.
Clear Skin Overnight Treatment
Paula’s Choice
Tratamiento nocturno intensivo que combate el acné mientras duermes con tecnología BHA avanzada de liberación sostenida. Su fórmula ligera contiene 2% de ácido salicílico purificado que penetra profundamente en los poros durante la noche, cuando la piel está en modo reparación, disolviendo obstrucciones y previniendo nuevas imperfecciones. El complejo antioxidante con extracto de té verde, raíz de regaliz y vitamina E neutraliza radicales libres mientras reduce enrojecimiento e inflamación. El exclusivo sistema Hydralock con ceramidas, escualano y ácido hialurónico mantiene la barrera cutánea intacta durante el proceso exfoliante, previniendo la deshidratación común en tratamientos anti-acné. Su textura gel-serum invisible no mancha almohadas ni obstruye poros. Los estudios de eficacia demuestran reducción de hasta un 91% en tamaño de lesiones inflamatorias tras solo dos aplicaciones, con mejora general de textura cutánea y tono en un 87% de usuarios tras 4 semanas de uso.
Todo tipo de acné, incluido quístico y hormonal, pieles resistentes a tratamientos previos, piel mixta a grasa, aplicación localizada o en todo el rostro, tratamiento intensivo nocturno, uso conjunto con otros activos como retinoides en rutina alternada.
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En Anadeana contamos con especialistas que pueden evaluar tu tipo específico de acné y condición cutánea para recomendarte el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades individuales.
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